No hay duda del valor que tiene plasmar los planes o sueños de alguna manera ¿recuerdan el plan que les conté que hice para iniciar el año?….no van a creer que mis sueños se han cumplido todos menos uno, (que estoy segura, viene y pronto)….y aunque con algunas pequeñísimas modificaciones, los demás se han dado. Este 31 de diciembre estaré en la misma tarea, preparando mis deseos para el 2012.
Como siempre, la agenda ha estado de lo más agitada, pero entre una cosa y otra han habido también atardeceres, canciones de Sabina, chats y conversaciones interesantes que me han despertado los dedos para poder escribir (olvidé contar que la Musa se me fue de vacaciones, de nuevo, no sé dónde está, debe estar esperando la primera nevada en algún lugar interesante y sin el menor deseo de que yo me una al viaje…es así, egoísta). Dado que he necesitado cierta ayuda para darme “shut down” y dormir, algunas conversaciones se me pierden y no recuerdo por qué surgió la pregunta de Rafa de por qué las mujeres decimos que no cuando realmente queremos decir que sí.
Ahora escribo y me río, pero sin mucho pensar (por falta de capacidad temporal) respondí que pueden ser muchas las razones, quizás deseamos se nos muestre fortaleza y determinación, tal vez queremos ver que realmente somos merecedoras de que se luche un poco por una, o pudiera ser algo que tenga que ver con tabúes y la creencia de que si decimos que “no”, aunque se haga, no se siente tanto cargo de consciencia por sucumbir a un deseo… o de manera más real, a las ganas.
Me serví de algunos amigos para conocer otras opiniones (ay! Las redes sociales!) y me comentaron lo siguiente: “para buscar ser descubiertas, despertar misterio”; “algunas porque pueden pensar que están desesperadas (aunque así sea), otras para hacerse las interesantes y que no se den cuenta que no hay lista de espera para salir con ellas “; “es una prueba para ver qué tan brutos podemos ser los hombres y para ver cuánto sabemos leer entre líneas, para saber qué tanto se les quiere y si es verdad o simplemente para descubrir cuál es el motor que nos mueve”; “porque son de Venus!”; “para no parecer fáciles”; “para joder!”; “para hacerse rogar, porque simplemente son orgullosas, porque tienen que complicar la situación, porque piensan mil disparates sobre lo que la otra persona va a pensar de sí, por brutas, porque si no dicen que no entienden que no están dándose su puesto, porque si dicen que sí de una vez…se va la ilusión, porque si dicen que sí de una vez…no la valoran”.
Si mal no recuerdo, la conversación terminó con mi comentario de que hace mucho no digo “nos” que son “sis”…creo que descubrí (gracias a Dios hace años y años!) que pueden resultar una pérdida importante de tiempo para hacer rápido lo que nos gusta o deseamos. Brindo por mis amigos, siempre prestos a apoyar mis locuras…con un traguito de Coñac…porque ya el ambiente está refrescando. Salud!
Desde mi punto de vista... 
