Probablemente alguien que no haya tenido mascotas no entenderá bien de qué va esto…llegó a casa un 14 de de febrero con un mes de nacida…Valentina (llegó con ese nombre…más creativo y me mato). Siempre respondió por su nombre, jamás eso de “misu-misu”, porque si hay algo que tenía y que le dimos, fue personalidad. Llegó muy débil, pues era la última de la camada y vivió entre aves sus primeros días de vida, lo que no le favorecía para nada…y ya en casa, a golpe de biberón y leche de perra en polvo (así mismito como lo lee), pues la Valentina se hizo parte de la familia, que ya en animales contaba con un Chow-Chow, un gato Tuxedo y dos gatas más…mestizas…
Tomó par de días en presentarla al Chow-Chow, a quien más temíamos por su tamaño y porque la naturaleza no perdona…pero ese grandulón adoptó a su “hermanita” sin problema alguno…la amaba…solo para los juegos le recordábamos que era pequeñita y que tenía que cuidarla…y sí, nos entienden…y bastante bien…Valentina no hizo su primer lazo de amor conmigo, para nada…su amor era mi mamá, porque pasaba todo el día con ella, y porque era la ¨master en biberón”… ya a la semana de estar en casa, Valentina se volteaba boca arriba y agarraba su asunto sola…era graciosísimo, pero no he encontrado fotos de esos momentos. Ya aparecerán.
Fue una gata feliz…fue una gata sana… tuvo gatitos dos veces… y ellos fueron regalados a familias que sabíamos los cuidarían…Osama se fue donde Kary y Nil hasta que se desapareció… Victor con una chica que luego se lo llevó a España y Victoria, que nació sordita y con la mitad de su rabito, con una señora amante de los gatos, a vivir segurita en un apartamento donde podia ser feliz y tener los cuidados que necesitaba. Así se fueron todos…al mudarme a la casa nueva, pues vinieron conmigo Valentina y Nikita, mi gato y esposo de Valentina…quien se nos fué con 17 años de edad… sin haberle dado ni una gripe en toda su vida…
Los espacios de mi mamá y Nikita vine a llenarlos yo en Valentina… aunque desde su llegada a la casa, yo era la de los juegos y la de las siestas…cosa que ambas adorábamos… pues ya ella se adueñó del espacio…lo hizo suyo y al final mi papá, Magaly, Orquídea y yo terminamos perteneciéndole…así se comportaba…tengo miles de anécdotas qué contar…y muchas cosas qué decir de una gata inteligentísima y con un sentido del humor fabuloso que hasta sus 15 años jugaba como si tuviera meses de nacida…
Al final fue una gata muy fuerte y orgullosa… y aunque probablemente tenía días sintiéndose mal sin quejarse, pues su proceso de irse fue corto y difícil, sobre todo para mí. Hoy día, con la falta que me hace, estoy en gratitud por haberla tenido por casi 16 años, por todo lo que ambas pudimos darnos, amor incondicional, 24 horas al día, 7 días a la semana…Brindo por Valentina…la mascota perfecta…mi gata…esperando que hoy esté en un mejor lugar… y brindo por todos los que tienen mascotas y por los que aman a los animales… porque definitivamente son los únicos que pueden saber lo que es amor incondicional. Salud
Desde mi punto de vista... 